Yoga y Autismo
La revista YoguiOla no deja de sorprendernos, en su segunda edición nos presenta esta interesante entrevista a Leticia Martinez sobre el yoga y el autismo.
Kundalini Yoga llegó a mi Vida de una forma natural, sin forzar; de igual manera llegó el “autismo”.Hace unos años empecé a dar clases de yoga para niños/as. En ese primer grupo había hiperactividad, autismo, un niño con mucho miedo. Así empezó mi caminar con Kundalini Yoga y los niños/as con autismo, en un colegio de un pueblo de Valencia.Al año siguiente, ya viviendo en Granada, el director de un colegio me propuso dar una clase semanal al aula específica de autismo. Me quedé sorprendida, en ningún momento hice mención de mi experiencia. Ahí estaba el autismo otra vez en mi vida. Acepté las clases. Ese primer año fue precioso, el grupo era variado en edad, en capacidades y en necesidades.

Experimenté y sigo experimentando en cada clase/sesión que limitamos a estos/as niños/as con nuestra mente. Mentalmente pensamos que no pueden hacer muchas cosas y después lo damos por hecho.
Como profesora de yoga estoy atenta a lo que “necesita trabajar” cada niño/a: confianza, miedos, serenidad, atención, memoria, coordinación, flexibilidad… y a la vez, e igual de importante, buscar la “forma y el momento de hacerlo”. Busco la coherencia de potenciar las capacidades de cada niño/a, partiendo de una realidad objetiva, que es diferente a la realidad creada por la mente. Aceptar que los niños con autismo pueden hacer más de lo que podemos imaginar, sólo depende de la creatividad del profesor. Es verdad que en función del grado pueden estar más abiertos o menos, igualmente tienen un potencial por explotar y en gran medida depende de la creatividad e imaginación de las personas que tratan con ellos.Cada persona es única, en capacidades, virtudes, cualidades… La atención, el equilibrio, la memoria, la coordinación, la flexibilidad, la resistencia, la respiración, se pueden trabajar de muchas formas. Trato de encontrar la forma que necesita cada niño.

Estas clases/sesiones me aportan motivación, ilusión, un gran agradecimiento a la Vida, aceptación, mucha creatividad. Constantemente experimento que los límites de mi mente son irreales, que puede ir un poco más allá y a la vez tener en cuenta la realidad de cada persona. Es acercarme el máximo posible al Equilibrio, o lo que es lo mismo, aceptar la realidad e ir más allá de mis limitaciones mentales.En las sesiones de Yoga, meditamos, nos relajamos mirando un reloj de arena, cantamos mantras y a la vez hacemos mudras, comunicaciones celestiales (movimientos al ritmo de un mantra, característico de Kundalini Yoga). Uso los beneficios de la vibración de los mantras y de los instrumentos como el cuenco tibetano, crótalos, palo de lluvia…
Dar clases a niños/as y a adolescentes con autismo es estar 100% en el presente, conectada a mi intuición. Uno de mis principios es adaptar las asanas, meditaciones, a los alumnos/as, y no al revés.A los niños y a los adolescentes los siento contentos, receptivos. Vienen alegres a las clases, y al acabar están tranquilos, con una sonrisa en sus caras. Mejora su coordinación, su memoria, aumenta su tranquilidad.
Profesora de yoga y codirectora de Yoyyoga
