‘El cerebro es el órgano del movimiento, el movimiento de la vida’
Hemos estado charlando con Víctor Morera formador de yogaterapia en su escuela @Pranamanasyoga y creador del método MOC (Movimiento Orgánico Consciente).
Hace 22 años que Víctor Morera comenzó a impartir las primeras formaciones de yogaterapia. En 2009 creo junto a Grazia Suffriti la escuela Pranamanasyoga cuya actividad está dirigida principalmente a profesores de yoga que deseen aprender a personalizar la práctica para personas con problemas de salud. Víctor es el creador del método MOC (Movimiento Orgánico Consciente), un sistema de autocuración a través de la consciencia en el movimiento. Hemos estado charlando con él sobre yoga, conciencia corporal y movimiento.
Alguna vez, hablando de la práctica del yoga, has dicho que no es tanto qué hago, sino cómo lo hago. ¿Nos lo explicas?
Mi experiencia es que a priori no hay posturas buenas o posturas malas, posturas que sean convenientes o inconvenientes. Lo que pasa es que si uno hace las cosas como es habitual entra en juego la parte somática que es inconsciente y maneja el cuerpo desde los músculos más fuertes, los dominantes. Esa forma de relacionarse es lo que nos hace daño y además no cumple el precepto del yoga que es hacer las cosas que uno quiere. Eso implica un movimiento consciente. Por eso es importante el cómo hago las cosas, es importante salirse de los automatismos. Si por ejemplo cuando inspiro suelo arquear las lumbares, no me doy cuenta porque es un gesto inconsciente, pero puedo acabar con las lumbares fastidiadas. El planteamiento es, ¿puedes hacerlo de otra manera? Si probamos a hacerlo de otro modo te cambia tanto el patrón de tensión físico como la predominancia de los músculos. Mis músculos dominantes empiezan a relajarse y aquellos que están infrautilizados comienzan a coger tono.
Inhibir ese gesto somático no es tan fácil, implica mucha presencia y una relacióncon uno mismo diferente.
Como comentas, cada uno tenemos un cuerpo, y unas posturas nos resultan más sencillas que otras. ¿El yoga terapéutico atiende a cada uno según sus necesidades individuales?
Krishnamacharya dijo una frase que es muy repetida: ‘el yoga se adapta a las personas, no las personas al yoga’. Si yo entiendo el yoga como un medio, es decir que asanas y pranayamas son técnicas, la pregunta es: ¿para qué quiero practicar? Cada uno puede tener una intención y son lícitas todas. En ese sentido el yoga nace como algo práctico, es para algo, aunque nadie te dice para qué. Pero dentro de un contexto terapéutico cuando me viene la persona y me dice, tengo un problema digestivo o un problema respiratorio, un problema de sistema nervioso, un problema de rodillas… Ahí yo le observo, cómo respira, cómo se maneja y le voy a decir cómo se hace daño y desde ahí adaptamos los otros tres parámetros: lo que le gusta, lo que necesita y lo que puede hacer.
Imagínate que me viene alguien con problemas de rodillas que necesita recuperar el tono en las piernas. Igual tienes que empezar haciéndolo en una silla porque mucho rato de pie o con posturas que exijan estar sentado en el suelo te van a fastidiar y no puedes porque la rodilla no te va a dejar. Entonces es la balanza de esos tres parámetros lo que se debe tener en cuenta.
¿En los años que llevas formando a profesores de yoga, qué es lo que más has aprendido?
Pues justo esto, el darme cuenta de que lo esencial es cómo uno se vive. Cómo se relaciona consigo mismo, qué imagen tenemos de nosotros mismos, cómo es nuestro diálogo interior, porque todo esto se va a expresar en el gesto y la postura junto con la herencia claro está. Hay cuerpos de una manera, de otra y también influye la historia personal. Puedo tener un traumatismo que me condiciona port aquí o por allá. Pero lo más importante al final es que hay una relación directa< entre el soma y la psique.
Los estudios dicen que el 80% de nuestras enfermedades o predisposiciones a las enfermedades vienen por el carácter. Una primera etapa de un camino de autoconocimiento es ir transformándose hacia un buen carácter, entendido como un carácter que vaya disolviendo los condicionamientos que me hacen daño o que me impiden la expansión de aquel potencial espiritual que yo soy. He aprendido que detrás de los gestos, detrás de las posturas, de la forma de hacer hay una forma de dialogar y de vivirse cada uno y las prácticas tienen que ir ayudando a que uno se perciba de una manera más sana, más grande, sin tantas limitaciones, sin tantos miedos y que las emociones básicas se conviertan no en frenos, si no en las potencias que me hagan ir hacia lo que todos deseamos que es una expansión mayor.
Eres el creador del método MOC (Movimiento Orgánico Consciente). ¿En qué consiste?
El MOC es una forma de conectar y de meditar íntimamente con el cuerpo. Es una forma de acrecentar la atención y la presencia porque los movimientos del MOC son poco habituales, son pequeños y nos van a exigir mucho contacto. Ese contacto se consigue porque básicamente los movimientos del MOC están basados en órdenes motoras, es decir no imaginas, no sientes, si no que intentas hacer un movimiento que a veces es imposible. Es decir, si yo pongo toda la conciencia para subir una oreja, la oreja no sube, pero la orden de subir la oreja genera una carga energética y toda la atención se va ahí porque toda orden motora tiende a cumplirse sea posible o no. Digamos que el cerebro es un órgano del movimiento, el movimiento de la vida. Por tanto, la primera idea es que genera a través de órdenes motoras un contacto íntimo con uno mismo. La segunda es que ese contacto sigue la ley que dice que donde está puesta la atención aumenta la energía. La energía sigue al pensamiento. Ese contacto íntimo con las fascias, con los músculos con una zona muy determinada, en cierta manera despierta la energía que tiene esa zona. Es saludable porque mejora tanto la cantidad, como la calidad, como la distribución del prana en el organismo. La tercera parte es que al liberar el prana lo que uno vivencia es que el cuerpo deja de ser algo físico denso y pesado por algo más energético, es decir que uno empieza a vivenciar el cuerpo energético. Esto es muy interesante sobre todo para la gente que tiene mucho dolor, porque la gente que tiene dolor o enfermedades tienen normalmente un concepto negativo de sí mismo porque claro, cada vez que encuentra su cuerpo lo que va a encontrar es dolor y con el tiempo ya su mente dice cada vez que conecto con el cuerpo automáticamente conecto con el dolor. Tras una relajación profunda o un contacto íntimo las personas pueden percibirse y concebirse sin dolor.
¿Podemos decir que el yoga terapéutico es un yoga pensado para la diversidad?
Sí, al igual que el yoga adaptado que practicáis en Arunai. Lo que tú haces es difícil, has de tomar las herramientas del yoga y adaptarlas a personas que parten de una gran dificultad. Pero existe una ventaja y es que esas personas se acercan al yoga porque no se han rendido y quieren mejorar, así que hay un espíritu de lucha y de no identificarse con el victimismo. Y claro, trabajar con personas así es el regalo para personas como tú que habéis desarrollado metodologías para acompañarlas.
¿Cómo animarías a una persona que tiene lesiones o algún tipo de malestar físico a que se acerque al yoga?
El gran paradigma del yoga terapéutico es que las personas dicen, yo no quiero ser un paciente, yo soy un ‘haciente’. Se preguntan, ¿qué puedo hacer yo por mi salud?, eso es muy importante, pasar de ser pasivo a activo. Quiero ver y entender lo que me está pasando y una vez entendido qué puedo hacer para que esto que tengo sea más llevadero y tenga una vida más plena. Los límites siempre son una oportunidad para ampliar la capacidad de autoconciencia. Un maestro me decía, acuérdate que siempre respiras. ¿Cómo puedo llevar la conciencia a un sitio y aprender a través de esa atención? Eso siempre se puede hacer por muy mayor que seas o por mucha discapacidad que tengas. Una persona con paraplejia no va a poder mover las piernas, pero sí que puede prestarles atención y así su relación con ellas cambiará y su relación consigo mismo y eso hace también que cambie su relación con los demás. Y entonces empieza a atender que es mucho más que un cuerpo físico con cuerpo y vuelven a sentirse enteros. No hay sensación aparente, pero hay energía y presencia y vibración del cuerpo sutil que se manifiesta cuando hay práctica.
Si quieres saber más sobre la labor de Víctor Morera puedes visitar su web:
www.pranamanasyoga.es