Jesús, tras ser varias veces campeón de España de salto de cama elástica siendo muy joven, sufrió un accidente deportivo que le dejó una lesión medular que afecta todo su cuerpo, sin sensibilidad ni movimiento desde el pecho hasta los pies; esto le genera cierta espasticidad, pérdida de control de temperatura, escaras por presión, descalcificación de huesos, contracturas etc…
Al pasar largas horas en la silla sentado en la misma posición, su cuerpo se había quedado estancado y rígido, reduciendo la cantidad de flujo sanguíneo y generando un desequilibrio anatómico y órganico constante.
Tras practicar yoga durante los últimos 6 años y realizar un trabajo profundo sobre todo a nivel energético, ha logrado trascender el cuerpo y despertarlo a sensaciones más sútiles que le permiten reconectar de nuevo con cada espacio físico. «Ahora experimento una conexión más clara entre la mente y el cuerpo. No solo ha requerido de un trabajo físico, sino de buscar más profundamente dentro de mi propia experiencia durante la práctica y hacerlo con la mente abierta, alcanzando y despertando lo que podian parecer espacios vacios o sin sensaciones llegando a sentirlos, a través de calor, la vibración o la energía que me recorre y me mantiene conectado. Al tumbarme ahora me siento entero, de la cabeza a los pies. También he ganado mucha flexibilidad, mi cadera está más suelta, lo noto en mis transferencias, respiro mejor y he aprendido a subir mi pierna, cruzándola sobre la otra para poder quitarme o ponerme los zapatos y masajear mi pie cuando me dan espasmos. Antes me resultaba difícil hacerlo porque había mucha menos elasticidad y me dolía el cuello al hacer fuerza. «.
El máximo potencial de la posturas no está en ninguna forma física, está en la capacidad de la persona de trabajar desde la sutileza, encontrando el balance perfecto en cada momento, entre el esfuerzo y la escucha sensitiva.